Javier Moro
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Enmarcada dentro del programa de la Feria del Libro de Alicante tuvo lugar la charla-presentación de la novela “A flor de piel” a cargo del escritor y Premio Planeta, Javier Moro, quien estuvo acompañado del profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Alicante, Emilio Soler. Emilio Soler dio comienzo a la actividad narrando una anécdota personal en la que se refleja la dificultad que supone para un escritor abordar la creación de una novela histórica. Un género que no ha vuelto a cultivar dada la respuesta sincera, a la par que brusca, ofrecida por la editorial. Nada más tomar la palabra, Javier Moro agradeció a Emilio Soler y a Marina Vicente, Coordinadora de la Feria del Libro, la ayuda prestada en el proceso de documentación de la novela. Dentro del preámbulo a la presentación, Javier matizó algunas diferencias existentes entre los distintos géneros que abordan el conocimiento de la historia. Definió al historiador como el profesional que apela al conocimiento del lector, mientras el novelista da forma a sus escritos apelando a la emoción, tratando de que llegue a identificarse con los personajes de la novela. El novelista tiene más libertad porque puede “ficcionar” donde no se cuenta con documentación. De igual forma, cuando se trata de narrar de forma novelada los hechos y personajes de la historia, cabe diferenciar entre novela histórica e historia novelada. En este último género se inscriben las obras de Javier Moro. En concreto, al referirse a su novela “A flor de piel”, el autor afirmó que el reto de escribirla ha sido enorme debido a que no se cuenta con documentación personal de Balmis. De tal forma, Javier ha querido recrear: “cómo pudo pudo haber sido esa expedición; cómo se debió vivir por dentro”. Un ejemplo del proceso de investigación que ha requerido esta obra lo encontramos en el personaje de Isabel Zendal. Leyendo “A flor de piel” aprendemos acerca de su origen humilde (nació en el seno de una familia considerada como “pobres de solemnidad”), o del propio apellido el cual había sido motivo de controversias. Más adelante, la encontramos como sirvienta en la casa de una familia adinerada de A Coruña. Con todo ello, Javier Moro creó el arco dramático de la novela: ”Como esta mujer empieza siendo ignorante de todo y como, poco a poco, se va convirtiendo en una mujer de peso que acaba encontrando su lugar en el mundo e, incluso, poniendo en su lugar a los demás integrantes de la expedición”. Javier Moro definió a Balmis como un hombre enérgico, de agrio carácter y provisto de una extraordinaria determinación. Contando con exiguos medios humanos (tres médicos, tres practicantes, una enfermera y veintidós niños) y económicos (España a primeros del XIX se encuentra en un proceso de declive y descomposición lo cual afectó a la financiación de la campaña), utilizó la vacuna de una manera sistemática convencido de que lograría erradicar el mal de la viruela: “Tenía un carácter de perros; con anterioridad a la expedición había residido en Méjico y conocía la tecnología de la época; era un hombre abierto que quería salvar a la humanidad y que se llevaba mal con todos. Instauró las juntas de vacunación las cuales se convirtieron en el germen de los centros de asistencia sanitaria en América. Estaba convencido de vacunar a cada negrito, a cada indio y a cada español como única vía para erradicar la viruela de forma completa y permanente. El reto de llevar la vacuna hasta América lo resolvió Balmis con una idea genial y revolucionaria: Se sirvió de unos niños no inmunizados para pasar, de brazo en brazo, el virus de la viruela durante una travesía por el Atlántico que duró semanas”. Javier Moro ofreció datos aclaratorios que reflejaban el impacto de la viruela en la órbita hispanohablante hasta el siglo XIX: “Todas las capitales del imperio acababan atacadas por la viruela lo que conllevaba la ruina de sus habitantes y de la propia ciudad. Se estima en 95 millones de personas, en su mayoría indios, quienes murieron debido a enfermedades de transmisión (en especial debido a la viruela). Los nobles se quejaban al rey de España porque se les moría la mano de obra. La plaga de la viruela la habían llevado los españoles a América lo que, con el tiempo, había alimentado el sentimiento de independencia en las colonias. La viruela incidió más en la historia de España que cualquier otro factor, incluidas las guerras”. Emilio Soler y Javier Moro coincidieron en valorar, de forma negativa, el desconocimiento que se tiene sobre uno de los grandes hitos de la humanidad: “Una sociedad que se olvida de sus héroes no es una sociedad sana, porque los héroes encarnan los valores que impulsan a los ciudadanos que componen dicha comunidad. Es muy triste que en España no conozcan esta historia a diferencia de Méjico donde la estudian en el colegio. Este libro ha pretendido ser algo más que un motivo para el entretenimiento: gracias a su publicación hemos conseguido que en la ciudad de Cochabamba colocaran una placa en honor al segundo de la expedición, el médico José Salvany. De igual forma, se están realizando las gestiones para que en Madrid dediquen una calle a Isabel Zendal o a la expedición”. Por su parte, Emilio Soler afirmó que: ”En el pasado hubo un intento de llamar al Hospital General de Alicante, Hospital Javier Balmis. No se logró entonces, pero seguimos empeñados en esta propuesta y esperamos que se cambie en el futuro”. Tras la finalización de la charla-presentación, Javier Moro dedicó la novela a sus leales lectores. El suceso imprevisto de la actividad lo protagonizó Elsa Punset, quien se presentó en el Centro Imaginalia ante la sorpresa del numeroso público asistente. Enlaces Entrevista realizada por Begoña Curiel para El Libro Durmiente Reseña del libro “A flor de piel” de Javier Moro realizada por Tere Argilés en El Libro Durmiente Encuentro del libro “A flor de piel” en El Libro Durmiente
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